Riesgo bajo: Felicidades, estás en el camino correcto. Sigue manteniendo tus hábitos saludables.
Riesgo moderado: Se recomienda vigilancia y posibles ajustes en el estilo de vida. Considera cambios en la dieta y más actividad física.
Riesgo alto: Se sugiere una consulta inmediata con un especialista. Es importante tomar medidas para reducir tu riesgo.